Categories
América Latina

Cuando una historia desgarradora encuentra su abrazo

La presidenta de las Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, encontró a su nieto.

Cada vez que llega una noticia de que aparece un hijo robado de uno de los desaparecidos de la dictadura en Argentina es como que se le devuelve algo al mundo.

Claro que cuando reaparece el nieto de Estela, una de las incansables luchadoras  que arriesgaron tanto parar denunciar, reclamar justicia y destapar la verdad, todo asume mayor peso emotivo.

“Lo que yo quería era no morirme sin abrazarlo. Y pronto lo voy a poder abrazar”, dijo de Carlotto en conferencia de prensa. ¡No te quedarás sin el abrazo, Estela!

Categories
Familia

Para una familia con un niño prematuro el mejor regalo es el presente

Esta semana celebramos el segundo aniversario de la llegada a casa de nuestro hijo Diego después de dos meses en el hospital.  El tiempo que pasamos en la unidad de intensivo neonatal (NICU en inglés) fue el más intenso, doloroso, hermoso, amoroso y apabullante de toda mi vida. Si hay algo que aprendí de la experiencia fue a apreciar cada momento y a celebrar cada paso por más pequeño que sea.

Categories
América Latina Medios Tecnología

La incorregible tentación del share

PicMonkey CollageA mediados de febrero comenzó a circular por los medios y las redes sociales el siguiente titular: “Silvio Rodríguez arremete contra Rubén Blades”. Una semana antes el cantautor panameño había publicado en su página web un comentario sobre la complicada y tensa situación política de Venezuela. Escribió sobre la polarización, la desinformación y la panfletería. Criticó a la oposición y al gobierno. Lo más controversial fue que responsabilizó al gobierno de Nicolás Maduro de garantizar la seguridad y los derechos de los venezolanos.

Cuando vi el enlace de la respuesta de Silvio a Rubén, decidí leerla inmediatamente. No son muchas las veces que encuentro palabras de Silvio en Facebook. También estoy en alerta por la manipulación y desinformación respecto a Venezuela. Así que leí la carta de Silvio línea por línea.

Noté dos cosas extrañas. Primero la siguiente oración:

Categories
América Latina Medios

Venezuela

¿Cómo pensar en Venezuela? No he dejado de pensar en Venezuela. Me lleno de tristeza y mis pensamientos tambalean.

Me parece que el gran escollo es tratar de armonizar lo que significa Venezuela para el mundo con la Venezuela que viven los venezolanos.

Otro problema es: ¿A cuáles medios creer? Todos parecen estar repitiendo mensajes trillados, rumores y teorías de conspiración. Es difícil discernir entre agendas políticas y cubierta noticiosa. Hay tanta desinformación y manipulación que a veces cuestiono la magnitud de las manifestaciones y la violencia. Hay tanta demagogia que cuestiono la credibilidad del gobierno venezolano y sospecho de sus acciones.

Categories
Familia

¿Qué dice Diego? Must speak bilingual!

El idioma es una cosa pegajosa y a la vez un filtro.

Mi hijo Diego dice muchas cosas, pero no siempre entendemos lo que dice. Ahora que cumplió dos años está hablando muchísimo y repitiendo palabras.

El detalle es que mi cerebro reconoce más rápido las cosas que Diego dice en español. Fue una amiga de Chicago la que descubrió que él decía claramente all done. Ella me contó que lo mismo le había pasado con su hija. Nuestros hijos van al mismo cuido donde les hablan inglés y español. La hija empezó a usar la palabra agua y mii amiga tardó en entender lo que decía. De hecho, un día que cuidé a su hija me dijo “quiero agua”. Se lo comenté a su mamá y también fue una sorpresa. A mi amiga, cuya lengua materna es el inglés, le toma tiempo identificar palabras en español y a mí, en inglés.

Categories
Audio Medios Radio Tecnología

Sonidos: Historia que desaparece, selfies aterradores y curadoría de arte electrónico/digital

Hace muchos años, compartía sobremesa con mis padres y un querido amigo quien es más bien un tío postizo. Él cuestionaba con un grado de preocupación si seremos capaz de estudiar nuestra historia ahora que usamos más y más medios electrónicos que cambian a un paso acelerado. Para investigar el siglo XX, por ejemplo, podemos leer cartas y documentos oficiales. ¿Para estudiar el siglo XXI tendremos que leer emails y tuits? ¿Dónde queda esa información guardada? Y si está guardada, ¿podemos leerla? Hemos pasado del floppy disk de cinco pulgadas al floppy de tres pulgadas y del dispositivo flash (USB flash drive) a la nube (cloud). Hacer investigación histórica requiere entonces tener acceso a toda una variedad de equipo para solo tener acceso a la data.

Categories
Uncategorized

Instantáneas Pasajeras: La espera I

Alfredo toma el tren cinco días a la semana para ir al trabajo. Es sesentón, casado, sin hijos, ni amigos, ni familia extendida. Tiene a  su esposa Fernanda y un perro que no tiene nombre (Fernanda secretamente le dice Pipo).

Vive  en Adrogué y trabaja para una compañía de seguros. Hace 20 años que hace lo mismo y no lo cambiaría por nada. No tiene auto porque son muy caros y trabajosos. Conoce muy bien las estadísticas sobre accidentes automovilísticos y las trampas de las aseguradoras. En resumen: las aseguradoras siempre ganan y los asegurados siempre pierden. De eso se encargó él por muchos años. Ahora se dedica a los seguros de vida y deceso.

Categories
Uncategorized

Instantáneas pasajeras: La partida

Rasguñada por el frío, Mariela estaba detenida en el andén y a la espera del aviso desgarrador del tren.

Ese día se iría por última vez de su casa. Tantas veces lo había hecho por diligencias, compras, estudios o diversión. Pero esta vez sabía a dónde ir. Había alquilado un apartamento en pleno centro, a más de una hora de su casa, o más bien de su antigua casa.

Categories
Uncategorized

an introduction

“I’m so far gone,” I said. There was nothing between us, but the steam of my coffee mug. We were relaxing on the sofa, and he was reading his book, as usual. He paused and looked at me. “What do you mean?” he asked. I thought about it. I shouldn’t have said anything. Now I must explain myself. But what for? What is the point of a long conversation about my feelings? He will listen. I know that. It’s not about feeling unappreciated, ignored. It’s the opposite. I revealed myself. I said far too much. He would disagree, because I say so little about myself. Well, not about my life and daily occurrences. Just not enough about the simmering and incapacitating thoughts that inundate my days and keep me up at night.

He knows and waits. I flicked my finger over the mug. I could feel his gaze. He waited for something. Just a sentence or a few words. I took a long pause and sighed. “I don’t know. It’s nothing, really. I’m just tired and distracted.” That gaze again. I heard a low assent.

I took a deep breath, fighting the urge to sulk, open a diary and jot away my thoughts, as if I could disintegrate their meaning. If I could only will myself into transformation and life change. If I could only command myself as I used to in those youth poems about finding my true self and letting it bask in the sun, unconcerned and unapologetic saying “this is me.”

“I should write again,” I said. “It was something I used to enjoy and need. I don’t think I was too bad at it.”  At this point he stopped reading and put the book on his lap, listening attentively. But I paused. That was too much of an audience.  “You should write, then,” he said, really meaning: do go on. But it was decided. I refused to be another cliché and go write in a journal. Instead, I’ve prepared this introduction. Maybe an introduction to a story, a vignette, a novel, a thriller, an essay, a fantasy, or a poem. Who knows! But it seems as if I need to earn my right to write again. Never mind the question about language. To write in English or Spanish? In which language am I more comfortable writing? I will have to figure that one out as I go. For now, I just have to dive in. Dive, dive, dive, and then float, open my eyes and see where I find myself. In what shore or vast ocean.

What you don’t know about me is that I always go through this. I’ve come to realize it’s like a routine, a sort of courtship. I can’t just go on the computer and type up a story of any kind. I usually start from within. Or, if lucky, I start with a good story I’ve heard, a snapshot of a conversation, an observation or an anecdote: an introduction.

You see, sometimes stories keep me up at night. Not my own. But the ones that I’ve loaned from others. I pick up where they left and make up a sequel, a continuance, or a separate story line altogether. It’s like an exercise to keep me away from those incapacitating and insomnia-inducing thoughts. It’s an excellent sleeping pill. But sometimes, those stories I keep mulling over keep me up. Worse yet, they keep me from my own stories.

And so here it is. An introduction… sort of.

Categories
Uncategorized

Sin historias para contar. Aunque…

En estos últimos cuatro meses no hice más que escribir la tesis. Ya está defendida y solo falta hacerle unas últimas revisiones de estilo y formato. La vida desaparece un poco cuando lo único que ocupa la mente es terminar un proyecto de grado.

Y ahora, ¿qué? A buscar trabajo. Cuando empecé la maestría tenía una idea muy clara de lo que quería hacer. Pensé que en lo que terminaba la maestría tendría una idea fija de qué me gustaría hacer por los próximos cinco años. ¡Tremendo plan! Y bien, sigo decidiendo. Opté por trabajar un año antes de hacer el doctorado, por razones económicas y porque en cierta medida no estoy segura de lo que quiero hacer. Tengo ideas, o más bien sospechas de proyectos, cosas que me gustaría tratar antes de ingresar a la academia.

Aquí es donde empieza el dilema. ¿Cómo me presento al mundo laboral? Voy a obviar los detalles. Lo que sí puedo compartir es que nunca imaginé terminar dividida en tantas partes. Tengo como cuatro clones de mi resumé, cada cuál diseñado específicamente para un área laboral. Esos cuatro no incluyen cada resumé que he preparado para posiciones vacantes. Todo se trata de costumizing y saber mercadearse.

La ironía es que uno trabaja arduamente para hacerse una carrera profesional fija, directa y coherente, pero a la hora de buscar trabajo necesitas romper esa carrera en dimensiones paralelas. Cuando entras a la universidad todas las recomendaciones e instrucciones son para fijarte metas profesionales espefícias en carreras claras: medicina, periodismo, leyes, sociología, comunicación, literatura, etc. Pero las oferta de trabajo no siempre responden a categorías discretas. He revisado y reescrito demasiado mi resumé. Siempre lo leo y pregunto: ¿Qué puedo sobresaltar esta vez? Todo por conectar mis destrezas con lo que buscan los empleadores.

Confieso que ha sido un poco divertido imaginarme en trabajos impensados. Siempre he trabajado en el sector público. Ahora miro relaciones públicas y mercadeo como opciones y pienso cómo sería trabajar en ambietes donde el bottom line es hacer dinero. Ganaría más dinero y, como dice mi padre, hacer dinero no es malo.

Pero siempre vuelvo al sector público y a las organizaciones sin fines de lucro porque es lo que conozco. Siento que me daría satisfacción personal. Aun así, me río al pensar en todas esas causas sociales ajenas a mí. Por más que una causa sea justa o válida no quiere decir que me sea familiar. Yo le he prestado más atención a los temas ambientales que a la salud, y más al desarrollo comunitario que a la educación. Por ejemplo, estoy considerando una posición en una asociación de contables públicos a pesar de la fobia que le tengo a los números y las cuentas. ¿Cómo será trabajar para una asociación de contadores públicos? En blanco. Me falla la imaginación. El trabajo es noprofit, pero completamente ajeno a mí.

En fin, que esto de buscar trabajo se ha convertido en un arroz con pollo de aspiraciones, compromisos cívicos, planes en espera, deseos y necesidades.