Soñé placeres que no podía disfrutar.
Espacios lujosos inhabitados.
Un elevador que no ascendía ni descendía,
solo se invertía en trazo horizontal.
Un banquete suculento que no podía saborear.
Una fiesta a la que no podía llegar.
Un disco ball sin ton ni son.
Una multitud que no se miraba.
Un espectáculo que no era para mí.
Un valiente que denunció injusticia
y ficción de voluntades.
Una ejecución fulminante
y huérfana de sorpresa.